Esta entrada pertenece al Blog de la Línea de movimientos sociales, tierra y territorio del Cinep/PPP.
Del 23 al 26 de junio se reunieron en San Juan Nepomuceno- Bolívar, las lideresas que representan a las 7 organizaciones que componen las Coalición de Mujeres del Caribe por la Tierra y el territorio, representantes de International Land Coalition -ILC y la Plataforma Mujer Rural y Derecho a la Tierra, para desarrollar el segundo módulo de la Escuela Tejiendo Saberes, Defendiendo autonomías.
El módulo sobre Vida libre de violencias para las mujeres propuso a las participantes la identificación de las violencias que les impiden ejercer sus derechos a la tierra y el territorio, el reconocimiento de estrategias que ellas mismas y sus organizaciones han realizado para enfrentar sus impactos; además de la revisión normativa que existe en torno a este tema. Durante los tres días de trabajo las 27 participantes de la Escuela profundizaron sobre la relación que existe entre el derecho a la tierra y el territorio y una vida libre de violencias.
Cabe resaltar que durante el módulo I que abordó el Derecho a la tierra y el territorio, el énfasis estuvo puesto sobre la propiedad colectiva de la tierra, en este segundo encuentro se hizo énfasis en la propiedad individual en conexión con la experiencia y las afectaciones diferenciales por el hecho de ser mujeres que habitan la ruralidad.
Violencias, cuerpo y territorio
“Mi cuerpo es un medio, me permite respirar, me permite reír, llorar, estar tan feliz que se queda pequeño para tanto sentir bonito… y también estar tan triste que se siente un vacío… Mi cuerpo es memoria, ha vivido muchas cosas… lo atraviesa una historia, mi cuerpo es juntanza, es comunidad… está conectado al mundo, a la tierra… a la madre tierra, al territorio”
Construcción colectiva Equipo facilitador Cinep/PPP
“El cuerpo, mi cuerpo como primer lugar que habito, como primera experiencia. Una extensión de mi ser que me permite sentir y ser territorio. Una vulneración contra el territorio es una vulneración contra mi cuerpo; una vulneración contra mi cuerpo se verá reflejada en el territorio”.
Construcción colectiva Equipo facilitador Cine/PPPp
Estos son dos de los fragmentos que acompañaron el ejercicio espiritual del encuentro en el que se hizo énfasis en cómo las violencias atraviesan el cuerpo de las mujeres de forma única dejando marcas emocionales y físicas, pero también, como esas experiencias generan resistencias y juntanzas en los territorios que habitan.
“Una vez comenzamos a entender cómo la violencia surge, se manifiesta y afecta la vida de las mujeres y el ejercicio pleno de otros derechos, tenemos mayor claridad para poder defenderlos y exigirlos”.
Marelcy Olivera, participante de la escuela – Opds Montes de María -.
El encuentro parte de la educación popular feminista, que según María Camila Barrera, educadora popular del Cinep/PPP, “tiene un alto componente psicosocial, es decir, ubica los malestares y dolores que las mujeres tienen, no como responsabilidad de ellas, sino que los reconoce como producto de un sistema en el que se encuentran y que vulnera distintos derechos. En consecuencia, les impide participar de estos espacios relacionados a la tierra y el territorio”.
En este sentido es importante mencionar la construcción que las lideresas hicieron sobre una definición colectiva de lo que implica una vida libre de violencias:
- Implica el acceso a la tierra, en la que puedan movilizarse y circular sin el miedo a ser asesinadas dentro de su hogar por sus parejas y familiares o a ser violentadas e intimidadas por actores armados legales o ilegales.
- Requiere que sus cuerpos-territorios no sean vistos como materias primas a explotar. Pues las mujeres señalaban como se extraía la vida de sus vientres: hijxs que les roba la guerra, que son asesinados por la dinámicas de violencia o por trabajos de explotación que acaban paulatinamente con sus cuerpos y energía; y de la tierra a través de la explotación de recursos como el agua, los suelos, los ecosistemas. Por estas violencias machistas y extractivas viven en constante duelo.
- Poder juntarse no sólo parar continuar resistiendo, sino para poder sanar; una sanación que no está encaminada a ser funcional o para continuar sirviéndole a un sistema de desigualdad, sino para imaginar otros mundos posibles, más justos con las mujeres y la tierra.
Con actividades como un cine foro, reflexiones teóricas y juegos como parqués y Jenga las mujeres asistentes también conocieron y conversaron sobre la normativa que existe para proteger el derecho a la tierra y el territorio y exigir una vida libre de violencia para las mujeres rurales, campesinas, indígenas, negras y afrodescendientes.
Compartimos algunos de los documentos que se abordaron durante este módulo:
- La Recomendación general núm. 34 (2016) sobre los derechos de las mujeres rurales de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de la ONU.
- La Ley 1257 de 2008, por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres.
- El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 Colombia, potencia mundial de la vida y sus propuestas para las mujeres.
- La Observación general núm. 26 (2022), relativa a los derechos sobre la tierra y los derechos económicos, sociales y culturales del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Teniendo en cuenta las experiencias de feminicidios que se viven en los territorios rurales donde la Coalición de Mujeres desarrolla su trabajo, uno de los aspectos normativos que más llamó la atención de las participantes, fue el Art. 342. Del Plan de desarrollo en el que se declara EMERGENCIA POR VIOLENCIA DE GÉNERO. “Esta emergencia estructural requiere de acciones urgentes para superar las situaciones exacerbadas de violencia contra mujeres producto de prejuicios, estereotipos de género y relaciones estructurales desiguales de poder”.
“Nosotras como organizaciones siempre hemos estado en una lucha constante y el empoderamiento de las mujeres (…), debemos aprovechar esta Coalición, para poder minimizar estos tipos de violencias” expresó Gina Sánchez, participante de la Escuela – GTTC Córdoba.
Este módulo también contó con la participación de Raquel Reynoso de la Plataforma Mujer Rural y Derecho a la Tierra y Elisa Wiener de la International Land Coalition –(ILC), quienes reconocieron el trabajo constante y la creatividad que tienen las mujeres de la Coalición para seguir luchando por causas y metas que llevan muchos años en la agenda.
Terminado el módulo, la tarea continúa para las mujeres de la Coalición, pues ahora es momento de compartir e irradiar estas reflexiones a las organizaciones y comunidades a las cuales pertenecen.
Por Equipo de comunicación Campaña S4HL-Colombia