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Francisco de Roux, Un mediador a la Comisión de la verdad

Luego de un largo proceso de elección, el comité de escogencia presentó los 11 elegidos que conformarán la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición contemplada en el acuerdo final de paz. Como presidente de este órgano fue elegido el exdirector e investigador del Cinep/PPP Francisco de Roux, de quien presentamos su perfil, que lo llevó a presidir este importante órgano.

Francisco de Roux nació en medio de una de las familias más prestantes de Cali. Es sobrino de un exministro de guerra, uno de sus hermanos fue Ministro de Salud, otro fue consejero en derechos humanos de la Presidencia de la República y luego concejal de Bogotá y su otro hermano fue vicerrector académico de la Universidad Javeriana en Cali. Sin embargo, su vocación religiosa lo llevó a optar por los menos favorecidos y llevar una vida apartada de los lujos. Ingresó a la compañía de Jesús de La Ceja, Antioquia, a sus 16 años y desde entonces ha vivido y trabajado al lado de comunidades pobres.

Estudió filosofía y letras, y teología en la Universidad Javeriana, y una maestría en economía en la Universidad de los Andes. En 1975 se ordenó como sacerdote. Luego de trabajar unos años como investigador del Cinep en proyectos de empresas comunitarias, viajó a París, donde hizo un doctorado en economía en la Universidad de la Sorbona. En 1980 viajó a Londres para adelantar sus estudios de maestría en el London School of Economics and Political Science.

En 1982 regresó al Cinep, donde se desempeñó como subdirector e investigador hasta 1986, año en que fue nombrado director del centro de investigación. Pacho le aportó al Cinep la mirada académica, investigativa rigurosa y de gran compromiso social y humano. Le aportó también mucho liderazgo en la mediación de los conflictos”, recuerda Marco Fidel Vargas, actual subdirector el Cinep/PPP.

En 1995 y luego de varios años de investigación sobre las causas de la violencia y la pobreza en la región, de Roux creó el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, (PDPMM); para muchos su obra más grande y reconocida. Logró mediar entre la Unión Sindical Obrera, la Diócesis de Barrancabermeja, el Cinep y la Sociedad Económica de Amigos del País para construir un proyecto local y regional de paz territorial desde las iniciativas de las mismas comunidades. Allí articuló los pueblos que están sobre el río Magdalena en Santander, Cesar, Bolívar y Antioquia.

Sobre el PDPMM habla Juan Carlos Merchán, investigador del Cinep/PPP. Se atrevió a sentar en la misma mesa al Gobierno nacional, agencias de cooperación, Banco Mundial, Unión Europea, partidos políticos, centrales obreras, pastorales sociales y empresas para sacar adelante el proyecto del Magdalena medio. “Ese era un proyecto supremamente ambicioso y difícil, pero era la mejor manera de llevar a la vida real toda la teorización económica que él hizo desde el Cinep tiempo atrás”, señala Merchán.

El Programa de Desarrollo y Paz consiste en proyectos de economía campesina y asociación de comunidades para adquisición de créditos que permiten a las comunidades rurales generar proyectos productivos tanto individuales como conjuntas que facilitan el retorno de comunidades desplazadas y hacer frente, de forma pacífica, a los grupos armados de las regiones. Hoy en el país hay 26 Programas de Desarrollo y Paz que se articulan en la Red Prodepaz y que surgieron de la experiencia del Magdalena Medio.

Pacho, como es nombrado por las personas que trabajan con él, es recordado con especial cariño por los pobladores del Magdalena Medio. “Pacho fue siempre un consejero. Nos ayudada desde los problemas de administración de la pesca y el cultivo hasta los problemas familiares que teníamos”, dice Isolina Quintero, pobladora del municipio de Gamarra, Cesar. “Su compromiso con nosotros, la población rural, marcó todo su trabajo. Era capaz de citar a los líderes de los grupos armados para reclamarles y pedir que no nos hicieran daño”, añade.

La capacidad de diálogo de Francisco de Roux sobresale constantemente cuando se habla de él.  “Él se tomó el riesgo de ser un mediador entre comunidades campesinas, organizaciones sociales y actores armados, legales e ilegales. En el contexto de hace unas décadas esto era una situación muy peligrosa y lo que denota es una capacidad enorme para la mediación”, dice Juan Carlos Merchán, quien además recuerda una de las situaciones más difíciles en tema de seguridad que vivió junto a De Roux: “Hacia finales de 2002, cuando los paramilitares acordaban, con el gobierno, su desmovilización, habían prometido una tregua navideña. Eso nunca lo cumplieron y en esa navidad entraron a la Serranía de San Lucas, por lo que decidimos con Pacho subir a estar con la comunidad. En esos días hubo enfrentamientos entre los paramilitares y el ELN, y la población civil quedó en medio. Pacho fue muy valiente e inteligente para demostrarle a ambos bandos que no estábamos del lado de ninguno, sino del lado de la comunidad. Menos mal él habló, pues de lo contrario, no estaríamos”.

En 2008 es nombrado Provincial de la compañía de Jesús en Colombia. Desde entonces ha seguido trabajando en temas de paz, desde los medios de comunicación, en conferencias y como mediador ante grupos armados. Estuvo presente en el acto de dejación de armas de las Farc y se ofreció para intercambiarse por Odín Sánchez, quien estaba en muy mal estado de salud en su secuestro por el ELN, propuesta que no fue aceptada por la guerrilla.

En julio de 2017 una noticia, de la cual fue protagonista, causó gran revuelo en la opinión pública dada su improbabilidad: de Roux logró sentar en una misma mesa a los Jefes de las Farc y a exjefes paramilitares, actores que años atrás eran enemigos a muerte. En un diálogo que duró más de tres horas acordaron poner a las víctimas como actor principal en la implementación de los acuerdos y dejar los odios del pasado para trabajar por la paz del país. Este hecho histórico demuestra no solo la credibilidad que tiene de Roux en los diferentes sectores de la sociedad, sino su capacidad de mediación, incluso entre enemigos de guerra.

Finalmente, fue elegido por el comité de escogencia para presidir la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. Desde su postulación fue candidato favorito para ocupar este cargo pues es tal vez el único que se ha sentado a hablar con todos los bandos involucrados en el conflicto armado colombiano. Según el mismo comité de escogencia, fue elegido por su conocimiento de las regiones, del conflicto que allí se vivió, y por su capacidad de medicación para con los diferentes actores.

 

 

Miguel Martínez
Equipo de Comunicaciones