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La esquina sur del Tolima termina sus Planes de Educación Municipal

Durante los últimos dos años, el programa Educapaz ha logrado reunir cerca de 300 personas involucradas en la educación del sur del Tolima, para discutir sobre las necesidades y demandas de la formación escolar de los niños y jóvenes de esta región. Las discusiones se han dado en las Mesas Educativas Municipales, espacios en los que han participado estudiantes, maestros, directivos, padres de familia, líderes comunitarios, miembros de Juntas de Acción Comunal y líderes de asociaciones productivas.

Como resultado de estas amplias discusiones se crearon 4 documentos, uno por municipio, llamados Planes Educativos Municipales PEM. Estos documentos recogen los principales temas y demandas que las comunidades consideran importantes para mejorar la educación en el departamento. Los PEM se han construido de manera participativa desde un enfoque completamente territorial, intentando que sean las comunidades las que puedan dar su voz desde su misma vivencia en la región.

“Los Planes Educativos Municipales son una apuesta de generación colectiva, de acción entre las comunidades educativas, el sector productivo y el sector de gobierno, para crear una agenda pública educativa en la que puedan ponerse de manifiesto los problemas y las acciones estratégicas para hacer que esos problemas se conviertan en soluciones” manifiesta Luz Elena Patarroyo, investigadora del Cinep/PPP.

La construcción de los PEM

Para llegar a los documentos finales se llevó a cabo un largo proceso de diálogo entre diversos actores. Se percibió la educación no solo como las actividades dentro del aula de clases sino también se tuvo en cuenta el entorno social que lo rodea tanto las escuelas como a los estudiantes y lo que viene ara los jóvenes luego de terminada la formación escolar. Por esta razón fueron invitadas las Juntas de Acción Comunal, organizaciones de derechos humanos y asociaciones de café y cacao del sector productivo de los cuatro municipios. Todos ellos sumados a los más cercanos al proceso formativo: colegios, universidades, el SENA y Secretaría de educación de la Gobernación del Tolima.

“Hubo momentos de discusión fuertes, hubo participación, hubo también silencios. Pero llegamos a que a través deles un trabajo colaborativo y por medio de las metodologías usadas, se logró que todas las personas intervinieran y dieran su opinión”. Afirma Ana Yurani Azuero, docente de Rioblanco. La diversidad de actores que participaron requirió una metodología amplia que permitió la participación mediante diferentes formatos. “Algunos no son buenos con las palabras, pero en el momento de escribir pueden expresar muchas cosas. Por medio de un dibujo, de una imagen, de una actividad dinámica llegaron a expresar lo que sienten y piensan sobre la educación”. Explica Azuero

Las Mesas Educativas Municipales duraron casi dos años y dieron como resultado un Plan Educativo Municipal para cada municipio. Estos primeros documentos fueron validados por más de 350 personas representantes de las comunidades indígenas Nasa y Pijaos de Planadas, de las comunidades negras de Ataco y de los consejos directivos de todos los centros educativos de la esquina sur del Tolima. Este proceso se hizo paralelo al Diplomado en gestión participativa de la política pública educativa en el que participaron más de 200 líderes. El diplomado tuvo un currículo que implicaba formación-acción en el que no solo recibían los fundamentos teóricos, sino que al tiempo los iban aplicando en investigación en sus respectivos municipios.

Esta fase del proceso culminó el pasado 29 de marzo cuando fueron entregados los textos definitivos a representantes de la Gobernación, de la universidad pública y privada, de la iglesia y del SENA. El siguiente paso es lograr que estos planes sean una política pública. Para lograr este objetivo, desde noviembre se están negociando con los Consejos Municipales para que estos textos se conviertan en Acuerdos para su implementación.

La esquina sur del Tolima

El proyecto se lleva a cabo en los municipios de Planadas, Ataco, Rioblanco y Chaparral. En esta sub región, denominada la esquina sur del Tolima, se dieron algunos hechos que marcarían el rumbo del país en las últimas décadas. En 1948, tras el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, se desató la guerra entre liberales y conservadores, al igual en que en gran parte del país, dando paso a la confirmación de los primeros grupos campesinos de autodefensa. A inicios de la década de los 60, la persecución de la policía oficial conservadora llevó a algunas familias del sector a crear una comunidad en el corregimiento de Marquetalia.

Pronto la comunidad fue acusada desde el Congreso de ser república independiente, pues no reconocían la soberanía del Estado y se impedía la entrada del Ejército. Varios años más tarde y luego de varios enfrentamientos entre las autodefensas, comandadas por Pedro Antonio Marín, alias Tirofijo y el Ejército Nacional, el gobierno de Guillermo León Valencia ejecutó la operación Soberanía para retomar el control estatal de esta población. Con estos enfrentamientos las autodefensas campesinas se convirtieron en la guerrilla de las Farc en 1964. A partir de este año fueron constantes los enfrentamientos entre la guerrilla y el Ejército.

Ya en la década de los 80 se dio la guerra por los cultivos de amapola que se daban en la región. Y en la década de los 90 se da la incursión paramilitar. Este panorama de constante violencia desde finales de los 40 terminó afectando los entornos de los 4 municipios pues se desarrollaron de forma diferente a otros. La desconfianza, la poca presencia del Estado, los constantes actos violentos y la presencia de diversos actores armados, llevaron a estas comunidades a asilarse de las demás, lo que afectó procesos sociales básicos, como la educación.

“Esta situación y todo lo que ha acontecido en esta región, marcaron de alguna manera un retroceso, en lo que podrían ser los procesos educativos”. Afirma Luz Elena Patarroyo, investigadora del Cinep/PPP. “Convocar a estos sectores es, de alguna manera, una oportunidad de reconciliación en donde los factores de violencia y los factores estructurales puedan ser superados, especialmente en el tema educativo” agrega.
Con del acuerdo de paz con las Farc, se decretó que los cuatro municipios del sur del Tolima serían una da las zonas en las que se aplicaría uno de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial PDET. En las discusiones públicas se presentaron 1168 iniciativas al Plan de Acción para la Transformación Regional, documento que planea el desarrollo de la región para los próximos 10 años. Allí también se discutió el tema de la educación rural para estos municipios y en estos espacios participaron los líderes locales del proceso de Educapaz.

Frente a este panorama son muchos los retos para reconstruir el tejido social en una zona tan golpeada por el conflicto armado. La apuesta de Educapaz es por fortalecer la educación mediante la participación de las comunidades y de todos los actores involucrados. “Yo siento que a pesar del conflicto y a pesar de que es una región que ha tenido pocas oportunidades de desarrollo económico, es una de las zonas mejor preparadas del país para superar la guerra”. Afirma Oscar Sánchez, coordinador de Educapaz. “El camino es la educación, el camino son las oportunidades para los chicos. Ahora hay unas herramientas que hemos propiciado, pero se han logrado porque existe un amplio acumulado previo” afirma.

 

Miguel Martínez
Equipo de comunicaciones