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Editorial: La Jurisdicción Especial para la Paz

La Jurisdicción Especial para la Paz, creada en el Acuerdo Final de Paz, es la oportunidad para que se apliquen medidas de justicia a todos los actores que hicieron parte de delitos en medio del conflicto armado: los excombatientes de las FARC, los agentes del Estado y de las fuerzas armadas y los terceros civiles que hicieron parte del conflicto armado. Es una justicia cuyo objetivo es reparar, satisfacer los derechos y ofrecerles verdad a los más de ocho millones y medio de víctimas que produjo el conflicto armado. Su centro de gravedad no es castigar sino restaurar a los más afectados. Igualmente es una justicia que busca que el conflicto no vuelva a repetir y, de esta manera, hacer un cierre radical del ciclo de violencia que imperó durante más de cinco décadas. Por eso es una justicia especial, no reemplaza a la justicia ordinaria y, además, es temporal: existirá como máximo por veinte años. Es una justicia transicional, es decir, se va a aplicar para pasar, si queremos, de un conflicto violento a una posible paz estable y duradera.

Por tanto, la Justicia Especial para la Paz no es un mecanismo de impunidad, como algunos políticos lo han querido hacer ver en sus discursos. La realidad es que el conflicto que vivimos en Colombia por décadas, es una situación generada por los complejos problemas económicos y políticos que todos hemos padecido y que en ellos diversos actores y la ciudadanía en general, están involucrados por acción o por omisión y con diversos grados de responsabilidad. Por eso, no solo algunos que estuvieron involucrados en el conflicto violento deben responder ante la justicia, sino que todos los involucrados en delitos, en el contexto del conflicto, deben responder. Esencialmente para restaurar los derechos de las víctimas y no simplemente para pagar un castigo.

El Estado colombiano se ha comprometido con la sociedad colombiana y con la comunidad internacional a cumplir seriamente con el desarrollo del Acuerdo Final. En asuntos centrales como la Justicia Especial para la Paz, si las partes no cumplen, el país puede caer en una alteración mayor y es inconveniente para las relaciones internacionales. Hay mucho que perder si el Acuerdo no se cumple y mucho que ganar si el Acuerdo se cumple, sin perder el espíritu de la negociación.

El arzobispo de Tunja, Luis Augusto Castro, en declaraciones a la prensa el mes pasado dijo que la Justicia Especial de Paz es fundamental para cerrar todo el proceso de paz alcanzado con el Acuerdo Final. Y añadió: La Justicia de Paz no es un acto de venganza. Las víctimas están esperando la verdad y los victimarios están esperando que les den la oportunidad de rehacer sus vidas. Por eso pide defenderlo. Recordó que el Sistema Transicional de Justicia fue definido en el acuerdo de Roma y que por eso lo más conveniente es resolver el conflicto como ha pasado con otros en el mundo, a través de justicia transicional.

 

Luis Guillermo Guerrero Guevara

Director Cinep/Programa por la paz.