Del 10 al 12 de diciembre de 2015 se realizó en Tame, Arauca, el IV Foro Internacional Horizontes para la Paz y la Reconciliación.
Un comunicado del ELN que anunciaba un paro armado de 72 horas empezó a circular justo en el momento en que la Caravana por la Paz se disponía a salir hacia el departamento de Arauca. El panfleto resultaba dudoso si se tiene en cuenta que el objetivo de la Caravana era difundir el esfuerzo que se hacía, desde Arauca, para promover el diálogo entre el gobierno y el ELN.
A pesar de las dudas, los ánimos no mermaron y, tras un tiempo de comprobación con líderes de la región y la fuerza pública, todo apuntaba a que el comunicado era falso y que las cosas en el departamento de Arauca se encontraban en absoluta normalidad. Finalmente la Caravana tomó camino. En efecto, un día después, el ELN emitió un comunicado –esta vez auténtico- que negaba de manera tajante el panfleto anterior.
Con el eslogan de «Por una paz completa», la Caravana pasó primero por los departamentos de Boyacá y Casanare para hacer la primera parada en Saravena. En la Caravana estaban, por supuesto, los representantes de la Iglesia Menonita Katherine Torres y Agustín Méndez, el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, el CINEP/PPP y el Frente Amplio por la Paz y la Democracia. En la primera estación en Saravena se sumaron los representantes de organizaciones locales de jóvenes, adultos mayores y población discapacitada, donde se hizo un llamamiento público para que el ELN se integrara a la mesa de diálogo de La Habana.
El primer día terminó con un recorrido por Fortul y finalmente, la llegada a Tame. Al día siguiente, desde las diez de la mañana empezó el IV Foro Internacional Horizontes para la Paz y la Reconciliación. El objetivo del Foro era abrir un espacio de participación a la sociedad civil en procesos de transición hacia el escenario de posacuerdo; en el evento también estuvieron presentes las autoridades locales y la fuerza pública.
Conviene detenerse aquí para resaltar los puntos importantes en el Foro, ya que hay asuntos que preocupan particularmente a la población. Primero, la necesidad de implementar políticas públicas efectivas para la juventud, puesto que en un escenario de posguerra el crecimiento de la criminalidad es un fenómeno probable. A esto se le suman otros problemas como el alcoholismo, el consumo de drogas y la prostitución. También, desde la población campesina se habló de la precariedad del agro en el departamento y las preocupaciones por la seguridad de los trabajadores rurales.
Por supuesto, también se habló del papel de los sectores interesados en continuar con la guerra. Ya que la inversión en el aparato armamentístico le ha significado ganancias a cierta parte de la sociedad que se dedicó a conformar grupos de autodefensa para defender la infraestructura. La economía de extracción le ha costado al departamento una reducción importante de sus recursos naturales y un conflicto que llegó a disputarse con las armas. Adicionalmente, se contó con intervenciones de expertos de México, Nicaragua y Canadá para discutir lecciones y contribuciones al proceso participativo de Arauca y el país.
En conclusión, se destacó el papel de la juventud, que tiene la responsabilidad de continuar la labor de organización y que debe ser definitivamente incluida en un escenario de transición hacia el posconflicto. Se reivindicó el papel del campesinado, que ha quedado paulatinamente abandonado en los últimos años y ha sido uno de los sectores que más ha sufrido la guerra. Por último, se reafirma el llamamiento esencial de la actividad: promover el diálogo entre el ELN y el Gobierno, con el fin de incluir a todos los sectores de la población en la mesa de diálogos.