Nos parece muy grave que, al igual que otros líderes sociales asesinados, amenazados y perseguidos judicialmente en las últimas semanas, los y las defensores de derechos humanos se encuentren limitados en su participación, justamente hoy que se requiere de ellos y ellas para la implementación y sostenibilidad de los acuerdos con las FARC y a los que se llegue con ELN ahora que inició la fase pública de negociación con esta guerrilla.