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Seminario de Movimientos Sociales: 25 años de trayectoria

Hace 25 años existe el Seminario de Movimientos Sociales. Mauricio Archila, coordinador de este espacio nos contó lo que ha significado el Seminario para la academia, para Cinep/PPP y las lecciones aprendidas durante este tiempo.

¿Cómo surge el seminario de Movimientos sociales en Cinep?

Mauricio Archila: Hay una tradición de seminarios en Cinep desde sus orígenes porque como siempre tuvo esta práctica investigativa y académica, siempre hubo seminarios. Entonces hubo varios seminarios, unos muy famosos, como el de El Capital de Marx, que leímos los tres volúmenes, cada semana o cada 15 días alguien exponía y se elaboraban actas. Luego hubo unos seminarios cuando el Cinep estaba organizado por actores sociales, porque había un grupo de sindicalismo, otro de campesinos, otro de cívicos o de estudios urbanos, hasta existió uno de grupos cristianos. Y en el año 81 yo estuve en el equipo laboral y teníamos un seminario sobre este tema. Con algunas personas que trabajábamos el tema de movimientos sociales comenzamos a reunirnos, esa fue la iniciativa.

Hace 25 años, sin proponérnoslo, sin saber que iba a durar tanto, comenzamos a juntarnos para leer libros que nos alimentaran la reflexión y también discutir avances de investigación o de acompañamiento porque muchos de esos equipos también combinaban la cuestión de talleres, en este caso, sobre todo con los sindicalistas y trabajadores. El origen remoto es la tradición de Cinep de seminarios y algunos que coincidimos en el tema, nos juntamos alrededor de este.

¿Cómo fueron esos primeros encuentros? ¿Solo asistían quienes trabajaban en Cinep o también venían de afuera?

M.A: Este seminario en particular tuvimos la posibilidad de que alguien externo viniera, sobretodo porque como yo soy profesor de la Universidad Nacional, algunos estudiantes míos querían venir por motivo de sus tesis o de alguna investigación, siempre estuvo abierto para ellos. A veces pasaba que practicantes de Cinep venían y aunque dejaban de estar vinculados, seguían participando del seminario. Para la discusión de avances de investigación eso si ya era un equipo más cerrado. Nos reuníamos cada 15 días y en principio pues salvo unas dos veces que me acuerde que no hubo seminario. En este momento somos 12, hemos llegado a tener como 14 o 15. A veces éramos 4 o 5, si dos faltaban teníamos que cancelar y creo que solo ocurrió un par de veces en todo este tiempo.

¿Entonces la dinámica era más rígida?

M.A: Durante mucho tiempo fue un seminario con actas, alguien se encargaba de la exposición de una parte y otro hacía el acta. Era un poco más rígida por el tema del acta, pero de resto más o menos lo mismo. En un principio, yo proponía algunos temas, pero últimamente nos hemos vuelto un poco más democráticos, sobretodo porque hay gente que viene con diferentes intereses. No es un típico seminario de la universidad con notas y eso, soy el coordinador, pero en realidad es mucho más horizontal. Antes se disponía el acta, algunas personas se colgaban de ella, y eso era un complique, así que decidimos suprimirla hace 5 años. Ahora, alguien expone media hora, un capítulo o un texto y luego iniciamos la ronda de discusiones y más o menos dura dos horas, a veces nos quedamos un rato más. Yo le digo a la gente que los compromisos para hacer parte del seminario son asistir- nos ha pasado que van y se asoman y se van- leer, exponer, participar y a veces llevar un dulce o chocolate.

¿Cuáles son los personajes que han pasado por este seminario en 25 años?

M.A: Álvaro Delgado estuvo mucho tiempo participando allí, Luz Ángela Herrera que es una historiadora graduada en la Maestría de Estudios Regionales de los Andes, Íngrid Bolívar, Teófilo Vásquez, Mauricio Torres que es un activista del movimiento por la salud y sigue asistiendo todavía, Óscar Pedraza que es un joven que está haciendo su doctorado en Estados Unidos, Patricia Madariaga, entre otros. En general, la gente de los equipos que ha estado relacionada con movimientos sociales, ahí ha estado.

¿Qué le ha aportado el seminario de Movimientos sociales a Cinep?

M.A: Creo que le ha aportado un espacio de formación. La pasante actual de la revista controversia va y asiste al seminario; por ejemplo, así se formaron otras personas en el pasado como Ana María Restrepo, Leonardo Parra. Otra contribución que brinda este seminario a Cinep es la configuración de conceptos y categorías que van a iluminar las Bases de Datos de Luchas Sociales y algunas de nuestras investigaciones. En algunos casos derivan de estas investigaciones, algunas publicaciones. Una publicación que se hizo con el equipo de Estado Conflicto y Desarrollo que se llama Poderes, Conflictos e identidades en el Magdalena Medio, recientemente la publicación Tendencias de la movilización social en municipios críticos para el posconflicto. Los dos grandes aportes: espacio de formación y construcción de categorías y conceptos. Algunas reflexiones teóricas que pueden iluminar la investigación y la práctica de Cinep.

¿Cuáles han sido los aportes a la academia?

M.A: Creo que si se cuentan nuestros procesos investigativos eso es lo más importante. Las publicaciones, la consolidación de la Base de Datos porque una base de datos como la de Luchas Sociales si no se alimenta de lecturas y análisis, las bases no se mantienen. Necesitan personas que las lean y lancen debates a la sociedad, si no es una base muerta. La función de este seminario en el sentido de construcción de conceptos ayuda a la producción investigativa del Equipo de Movimientos Sociales, pero en general de Cinep. Están nuestros trabajos y publicaciones; por ejemplo, Hasta cuando soñemos fue un proceso entre equipos y con un componente comunicativo fuerte.

¿Cuáles son las lecciones aprendidas para un seminario que se ha mantenido en el tiempo?

M.A: Estar en Cinep ayuda, pero a veces pienso que, si me retiro, yo mantendría el seminario como una actividad. Funciona como un espacio de socialización y camaradería hasta cierto punto, no es un espacio muy formal. Cada 15 días nos estamos reuniendo, un logro es la permanencia. El detalle de cada 15 días de leer, no hemos leído más de 50 páginas para una sesión. Lo más rico no es tanto la exposición, cada vez es más difícil encontrar un texto que nos satisfaga a tantos y con tantos intereses distintos. Hay unos postmodernos, otros son más críticos, otros vienen de las ciencias sociales más tradicionales, entonces es difícil encontrar un texto que dé cuenta de las distintas tendencias. Pero la discusión es lo más rico. Porque las personas a raíz de la lectura, integrando otros textos y otras reflexiones hace unos comentarios muy sugestivos y pasamos dos horas de debate muy simpáticos. Hay un ejercicio académico, pero no es nada aburridor.

Alguna anécdota que haya sucedido en este espacio y que quiera compartir…

M.A: Recuerdo que salió el libro Campesinos y Nación. A Íngrid Bolívar le entró como el afán de leer ese libro y nos pusimos a leer dos capítulos por sesión y esa vez creo que si nos excedimos, porque eran 150 o 200 paginas por sesión. Parecía un trabajo de semestre de doctorado. Ese libro de 600 páginas lo leímos en tres sesiones. Ahí aprendimos que eso no vale la pena. Vale la pena ir más despacio, capítulo por capítulo y no juntar dos o tres para terminar a la carrera. Yo les digo que aquí no hay afán.

 

Laura Inés Contreras Vásquez
Equipo de Comunicaciones