Recurso 1

21 de noviembre: Un paro nacional por la vida y la justicia social

Los diversos movimientos sociales del país han convocado para mañana 21 de noviembre una jornada de paro nacional en contra de una serie de iniciativas gubernamentales, como los anuncios de reforma laboral y pensional y la renuencia sistemática a la implementación integral de los Acuerdos de Paz.

Como CINEP/Programa por la Paz asumimos la misión de apostar por la vida y trabajar por una sociedad justa, equitativa y en paz. En concordancia con dicho propósito saludamos esta movilización nacional e invitamos al conjunto de la sociedad colombiana a movilizarse masivamente.

Aunque el gobierno insiste en que no ha presentado los proyectos, los pronunciamientos de miembros del gabinete del presidente Duque respecto a las reformas pensional y laboral preocupan de sobre manera. En el caso de las pensiones, la iniciativa de marchitar Colpensiones para fortalecer los fondos privados de pensiones pretende resolver la crisis del actual sistema poniendo por encima del derecho a una pensión digna las ganancias de los dueños de los fondos. La experiencia internacional demuestra el fracaso de la privatización de las pensiones y la necesidad de concebir esta como un derecho, y no como un “ahorro individual” al margen de cualquier principio de generosidad y solidaridad intergeneracional.

Respecto a la reforma laboral, las pretensiones de permitir la contratación por horas, de reducir el salario mínimo para jóvenes menores de 25 años y de implementar salarios mínimos diferenciados por regiones implican la profundización de una política de reducción de costos laborales como herramienta para enfrentar el desempleo y la informalidad. Esta estrategia no ha dejado de fracasar en Colombia pues profundiza los males que pretende aliviar, así como la desigualdad social. Existen alternativas que pasan por concebir la protección y aumento del poder adquisitivo de las y los trabajadores como foco de la dinamización de nuestra economía.

Por otra parte, el gobierno nacional insiste en la implementación a paso de tortuga de los Acuerdos de Paz, renunciando del todo a su implementación integral y desfinanciando los programas e instituciones que de dicho acuerdo emanaron. Hoy vivimos las consecuencias nefastas de esa orientación gubernamental con la profundización de la violencia y la militarización de nuestros territorios, abundantes casos de ejecuciones extrajudiciales y el asesinato sistemático de líderes sociales.

Durante los días y semanas previos a la jornada de movilización, desde el gobierno y el partido de gobierno se ha pretendido instalar un ambiente de zozobra y pánico; se ha acudido a medidas como la militarización de ciudades y a allanamientos de hogares y sedes de promotores de la movilización, incluyendo colectivos artísticos y medios de comunicación.

Frente a estas iniciativas de talante autoritario, solo cabe recordar que el derecho a la protesta es esencial a una democracia, y es deseable y esperable en una sociedad como la nuestra, que se esfuerza por superar la violencia y por construir un orden social más justo y equitativo.